• 0 Items - 0,00
    • No hay productos en el carrito

Hace una semana publicamos un artículo hablando de nuestra experiencia comprando nuestra primera licencia extranjera. Por fin hemos recibido el OK de la editorial original y podemos deciros el título del libro. Tal vez lo hayáis visto ya en redes. Tal vez no. Y sin más dilación, el título de nuestra primera licencia es… (redoble de tambores): ¡Home Time!

Portada de Home Time, nuestra primera licencia

¿Os lo esperabais? ¿Lo sabíais ya? ¿Creéis que nos pega este libro? Nosotros estamos entusiasmados con él. Con la traducción y la rotulación lo hemos estudiado a fondo y nos encanta. Pero bueno, vamos al tema. Vamos a contaros cómo ha sido comprar este cómic.

Como comentamos en la entrada anterior, tenemos un agente encargado de vender nuestros libros en el extranjero. Jean también nos ha ido presentando diferentes obras muy interesantes en el tiempo que llevamos trabajando juntos. Y la primera que nos enamoró fue Home Time. Este cómic es el primer volumen de una historia de aventuras adolescentes, con una ambientación fantástica muy bonita, con unos detalles muy cuidados, un mundo súper bien construido… vamos, una obra preciosa que queríamos publicar. Y los responsables de los derechos son IDW… después hemos tratado con otras empresas europeas y puedo decir que los estadounidenses son especiales.

El primer paso para comprar una obra extranjera es mandarles una oferta económica. Hicimos nuestros cálculos (qué tirada hacer, cuánto costaría la imprenta, qué precio de venta podríamos poner, los royalties que nos imaginábamos que nos iban a pedir…) y con esto les mandamos unas cifras. Económicamente hablando el precio estaba en la línea de otra obras que hemos publicado, no muy diferente de publicar una obra nacional, pero con la ventaja de que Home Time estaba terminada y ya sabíamos cómo había sido acogida en otros países.

Después de cuadrar los números con ellos nos mandaron el borrador del contrato. Vale, no soy abogada, pero a lo tonto llevo años leyendo y redactando contratos de derechos de autor… pues esto era una locura. Había cláusulas para todo tipo de incidentes, todo está recogido en el contrato, incluso situaciones que yo nunca me había planteado. Aquí también tuvimos que negociar cosas con ellos, sobre todo porque la ley de derechos de autor no funciona igual en España que en EE.UU., y con la ayuda de Jean conseguimos entender el contrato y no vender nuestra alma en una de esas cláusulas.

Con el contrato firmado y la pasta soltada nos mandaron el material. No importa que sean una empresa mucho más grande que nosotros, sus archivos también eran un lío. La primera parte del trabajo, bastante intensa, ha sido conseguir preparar todo el material para rotular en castellano. Y no ha sido tan sencillo como ocultar la capa de texto y poner la nuestra encima (ojalá).

Mientras tanto nuestra traductora nos comunicó que no podía traducirnos el libro por asuntos personales. Pudimos encontrar a otra persona de confianza que nos hiciera el trabajo y que este nuevo presupuesto no nos descolocara demasiado las cosas. La verdad que Rocio Morón, la traductora de Home Time, ha hecho un trabajo muy bueno y estamos contentos de tenerla ahora en el equipo (cuando agarramos a alguien bueno ya no lo soltamos).

Ahora ya estamos terminando con todo el proceso de rotulación y preparando el material promocional del libro. En la próxima entrada en el blog os contaremos más cosas y os enseñaremos también más páginas interiores.

Deja un comentario